123-456-7890
![gr3.jpeg](https://static.wixstatic.com/media/ee88ec_43537ef47b1f4b3fbf57d3b6fe470b0f~mv2.jpeg/v1/fill/w_400,h_400,al_c,q_80,usm_0.66_1.00_0.01,enc_avif,quality_auto/gr3.jpeg)
"He conseguido aceptarme tal y como soy"
Cuando tenía 29 años comencé a notar cómo los zapatos dejaban de valerme y mi anillo de matrimonio empezaba a apretar mi dedo anular. Sentí mis labios más hinchados, la nariz y las orejas más grandes. Después empezaron a llegar intensos dolores de cabeza, sentía mis músculos debilitados y no dejaba de sudar.
Empecé a visitar doctores y no conseguían darme un diagnóstico. Finalmente, tras pruebas y pruebas, un endocrino decidió estudiar mi hormona del crecimiento, que estaba muy elevada, y hacerme una resonancia magnética, con la que pudieron detectarme un pequeño tumor en la hipófisis (una pequeña glándula situada en la base del cerebro). Tras ciertos fármacos y una cirugía consiguieron extirparlo, pero mis síntomas no tenían marcha atrás.
Tras mucho tiempo sin aceptar mi diagnóstico y condición, a día de hoy puedo decir que padezco de acromegalia y aunque ha sido un proceso largo y duro, he aprendido a quererme. Soy una persona como otra cualquiera, pero con unos rasgos más prominentes, que puede realizar cualquier actividad con normalidad, aunque tenga que soportar múltiples miradas discrepantes y numerosos comentarios en susurro.
Si yo puedo soportarlo, con el apoyo de todos nosotros, tú también podrás.